Hace tres meses que se denunció el robo de la talla del Niño que acompañaba a la imagen de la Virgen del Rosario en la iglesia de El Salvador
A mediados del mes de febrero, los responsables de la cofradía del Rosario, de Caravaca, echan de menos la talla del Niño Jesús que acompañaba a la titular de esta institución religiosa. El conjunto formado por la Virgen y el Niño estaba ubicado en una de las capillas laterales de la iglesia parroquial de El Salvador.
El mayordomo de la Cofradía del Rosario, Pedro Antonio López, confirmó que «la noche que íbamos a trasladar a Nuestro Padre Jesús a la Ermita de Santa Elena, cuando nos disponíamos a salir de la parroquia, nos dimos cuenta que habían robado la imagen del Niño Jesús, esa misma noche, tras comunicárselo al párroco, fuimos al cuartel para presentar una denuncia». La noche de autos fue la del sábado, 16 de febrero, «en la Guardia Civil nos aconsejaron tener prudencia y esperar un tiempo prudencial antes de hacer pública la desaparición, pero ahora hemos considerado oportuno dar a conocer el robo por si alguien nos puede ayudar a localizar y recuperar la imagen».
Este corresponsal estaba presente en el momento en el que los responsables de la cofradía echaron de menos la imagen, tomando la fotografía que ilustra esta información en aquel momento.
El Niño sustraído es una talla de madera policromada, estucada, con la base de policromía en rojo, aunque no es una pieza catalogada, tanto por sus características como por los datos recabados por la propia cofradía, podría ser del siglo XVIII y tiene una altura de unos 50 centímetros. López declara que «el niño está desnudo (no es una imagen de vestir), aunque lo robaron con su trajecito y unas sandalias. Es moreno y tiene una restauración en el dedo índice de la mano derecha y también en uno de los pies. En el robo también sustrajeron una corona del plata de finales del XVIII y un rosario de plata y nácar».
El mayordomo de la cofradía del Rosario también comentó que hace poco tiempo robaron otra imagen de un Niño Jesús, «concretamente una talla de Nicolás Salzillo, padre del célebre Salzillo, y también ‘El Caldero de los Niños’, de San Nicolás de Bari, así como las joyas de la Purísima, los cepillos y hasta la caja de iluminación del artesonado mudéjar de la iglesia de La Concepción».
