Francisco Negro y Maite Bona son los encargados de dar vida a Don Pablos y a la posadera que lo acoge, en una adaptación de la obra de Francisco Quevedo, estrenada a principios del s.XVII.

El Buscón es un ejemplo de la picaresca del Siglo de Oro, humor negro de Quevedo sobre las aventuras de un pillo que trata de trepar en la escala social. Esta adaptación, dirigida por el propio Negro, se centra en la interacción del buscón y la posadera, es una versión reducida de la genial obra de Quevedo, pero manteniendo muchos de los recursos estilísticos del autor y todo su humor. Don Pablos deberá convencer a su anfitriona que está convaleciente y muy pronto podrá pagar sus deudas porque el gran autor, don Francisco de Quevedo, va a entregarle una recompensa por contarle la historia de su vida.

Es un reestreno de una obra que inició su andadura hace más de 10 años en el Festival de Almagro, y desde entonces ha tenido más de 200 representaciones entre España y Estados Unidos, donde ha triunfado en los prestigiosos festivales de El Paso y de Teatro d e la Casa de San Antonio de Texas.