El autor Mariano Sanz Navarro presentó en la Casa de la Cultura de Caravaca su libro «El Comisario Soto» obra costumbrista que juega a ser novela negra pero sólo como gancho publicitario.

Para Sanz, escribir es una «catársis fantástica, un ejercicio de afirmación personal» y reconoce «quedarse preñado» de ideas que años más tarde «parirá en forma de libros», en el caso de El Comisario Soto se trata de una historia que quería relatar desde hace tiempo, a caballo entre Murcia y Barcelona de los años 60, 70 y 80, con el deseo de enseñar a sus hijos la vida en ambas ciudades. La Murcia de la juventud de Sanz era un lugar pequeñito, mucho menos desarrollado que hoy día en que ir a los Maristas era como una aventura para el, asimismo relata las Ramblas de Barcelona, otro lugar que conoce bien y esta lleno de personajes castizos.

El relato se centra en cuatro personas, y durante toda la novela Sanz juega con su situación, no quiere que el lector adivine de que forma se van a comportar, si van a permancer en el lado de la Ley o en la delincuencia. Como en el caso del «Homo Lupus», en circunstancias extremas cualquiera puede volverse un asesino por defender a los seres queridos o a la propia vida.

Sobre la posibilidad de una secuela, Sanz se mostró esquivo, admitiendo que ahora está centrado en un libro de viajes por Italia, otra de sus pasiones, que quiere combinar con la posibilidad de seguir contándo historias y tratar temas como la dualidad sur-norte, el sur castizo y pasional en compraración con el norte más progresista y eficiente.