El conductor del vehículo, detenido tras dar positivo en alcohol, derrapó y vertió sobre la calzada decenas de bidones de disolvente
La autovía del Mediterráneo vivió ayer una tarde de grandes retenciones. El origen de este atasco fue el accidente sufrido por un camión en el enlace entre las autovías A-7 y A-30 -a la altura del campus universitario de Espinardo-. Según informaron fuentes de la Guardia Civil de Tráfico, el vehículo sufrió un derrape que le llevó a derramar sobre el asfalto gran parte de los bidones que transportaba. Un percance que obligó a cerrar ese tramo de la autovía durante más de tres horas. Según pudo saber este diario, el conductor del camión fue detenido por la Guardia Civil de Tráfico al dar positivo en el control de alcoholemia. El resultado de la prueba fue de 1,70 miligramos de alcohol por litro de aire espirado. El arrestado tiene antecedentes por este mismo motivo.
El Centro de Coordinación de Emergencias recibió la primera llamada alertando de este percance sobre las 17.51 horas. Un camionero había sufrido un derrape en la curva de incorporación a la A-30 desde la autovía de Andalucía y, aunque no había resultado herido, se le habían caído sobre la calzada parte de los bidones que transportaba. Éstos, al parecer, contenían en su mayor parte pintura y disolvente.
Ese tramo de la autovía tuvo que cerrarse al tráfico durante horas para que el personal de la Guardia Civil de Tráfico, los bomberos de Murcia y los trabajadores de mantenimiento de carreteras pudieran retirar los bidones y limpiar el disolvente y la pintura que éstos contenían y que se había vertido sobre la calzada.
A raíz de este percance, los conductores que querían tomar la autovía en dirección a Murcia tuvieron que ser desviados por la A-30 en dirección en Cartagena para luego realizar un cambio de sentido. La situación provocó que la vía registrase grandes retenciones.