En su defensa asegura que su hermano recibió una paliza por parte de un grupo de desconocidos
Telmo E.P. vecino de Calasparra, fue acusado, dos años despues de que sucedieran los hechos, de agredir a su hermano con un objeto cortante hasta saltarle un ojo. El acusado apenas recuerda nada de la noche del 5 de julio de 2004, cuando su hermano perdió la visión de un ojo. El acusado negó ayer ante la Audiencia Provincial los hechos de los que se le acusan. Telmo E.P., que se enfrenta a diez años de prisión por un supuesto delito de lesiones -con la agravante de parentesco-, no ahondó, sin embargo, demasiado en su versión de lo ocurrido aquel día en la vivienda que ambos compartían con otros compatriotas en Abarán. «Me lo encontré en la puerta, me dijo que le habían pegado y nos subimos arriba», relató casi en susurros a la Sala. «No recuerdo bien». El procesado sostuvo, a preguntas de la fiscal, que no se percató en ese momento de las graves heridas que le costarían a su pariente la visión completa del ojo derecho y remarcó que la relación entre ambos era «muy buena».
La Audiencia Provincial arrancó ayer el juicio contra este ciudadano colombiano, al que su hermano denunció hace cerca de siete años. La Sala escuchó ayer la versión del procesado y se vio obligada a dar lectura a las declaraciones de la víctima, al considerar que ésta se encuentra «ilocalizable». El propio acusado explicó que su hermano se marchó hace años a Colombia y remarcó que su familia tampoco conoce su paradero actual. Este joven, hermano del acusado, perdió la visión de su ojo derecho en agosto de 2004. En aquel momento, ante la evidente lesión que había sufrido, aseguró que había recibido una paliza en Abarán pero que desconocía la identidad de sus agresiones.
No fue hasta casi dos años después, el 2 octubre de 2006, cuando acudió al cuartel y señaló a su hermano como presunto autor. «Mi hermano me golpeó con algo cortante, que no pude ver, y perdí un ojo», relató. «No lo conté antes para no perjudicar a mi familia». El denunciante aseguró que perdió el trabajo tras esta lesión y también reconoció, en ese momento, sentir miedo hacia su hermano. «Es agresivo y me amenazó con hacerme perder la vista del otro ojo si decía algo». Solo dos días después, la supuesta víctima reconoció en el juzgado su deseo de retirar la denuncia. Según explicó, una tía le había telefoneado aconsejándole que se retractase para evitarle un sufrimiento a su madre. Pese a esta confesión, el denunciante seguía sosteniendo que fue su hermano el culpable de la pérdida de su ojo. La última confirmación se produjo en junio de 2007, cuando el lesionado ratificó por última vez su denuncia ante un juzgado de Cieza.
En la jornada de ayer, la Audiencia Provincial también tomó declaración a una testigo, excompañera de piso de los hermanos, que aseguró haber visto a la víctima sangrando y haberla acompañado al médico. Ésta negó, sin embargo, que el lesionado le explicara cómo se había producido la agresión. La Sala ha señalado una segunda jornada de juicio para el próximo día 22 y está tratando de localizar a otro testigo, que ayer no acudió a la vista.