El inicio de esta ruta es un lugar que pese a la modestia de su tamaño como núcleo habitado, es muy conocido por su enclave estratégico, ya que por aquí pasa el Cordel de Hellín en el tramo entre El Sabinar y Benizar. Desde esta cortijada de gran tradición ganadera, parte un camino de piedra que bordeando los barrancos que desaguan en el Arroyo de Hondares, entre un bosque de Encinas apenas conocido, en ocasiones muy húmedo, lo que facilita la presencia de Líquenes colgantes, con apriscos escondidos en lugares inverosímiles, llegaremos al imponente espolón del Calar de Sevilla cuyas cuevas apuntan hacia el Hondares y la Sierra de la Muela, colgadas de los cenajos y aparentemente inaccesibles. Bajaremos hasta el pie del circo de cenajos que limita la zona superior del Barrando de Hondares, lugar habitado desde tiempos prehistóricos y sobrevolado por Águilas reales, Halcones peregrinos, Chovas piquirrojas, etc., hasta llegar a una fractura en el cerramiento rocoso por el que cabras y ovejas han transitado desde tiempo inmemorial entre las zonas altas y bajas, haciendo equilibrios cerca del abismo. Nuevamente en el bosque de encinas, tendremos ahora como referencia la Molata de Charán, a cuyo pie se encuentran las Casicas y sus bancales apoyados en grandes muros de piedra, que indican que los habitantes de este lugar fueron consumados canteros.
Será el domingo 26 de mayo, hora de salida: 8’00 desde La Oficina de Turismo y las 8’45 en Benizar.
Más información en pdf R 9. Casicas del Portal – Calar de Sevilla