El director general del Instituto de Turismo asiste a la puesta en funcionamiento del centro que forma parte de la red de albergues de la Vía Verde del Noroeste.
El director general del Instituto de Turismo, Enrique Ujaldón, y el alcalde de Mula, José Iborra, asistieron hoy a la puesta en funcionamiento del albergue de la estación de La Luz en Mula. Con este ya están operativos los siete albergues que conforman la red de la Vía Verde del Noroeste.
El centro de Mula dispone de dos plantas, la primera de ellas acoge un aula de naturaleza y la segunda planta está dedicada como tal a albergue. Los interesados pueden hacer sus reservas a través de la página web www.viaverdedelnoroeste.com.
Los siete albergues de la Vía Verde suman una capacidad total de 230 plazas. Así, la antigua estación de Caravaca cuenta con 24 plazas, Cehegín 48, Bullas 44, Mula 28, Albudeite 10, Campos del Río 16 y Alguazas 60 plazas.
La Vía Verde del Noroeste, que parte de un antiguo trazado ferroviario entre Murcia y Caravaca de la Cruz en desuso desde 1971, forma parte desde 1999 de uno de los ejes principales de la Red Verde del Mediterráneo occidental en la Región de Murcia.
La Vía cuenta con un tipo de firme mixto a lo largo de sus 78 kilómetros, con tramos que combinan el asfalto y la zahorra compactada. Es una calzada que pueden utilizar peatones, ciclistas, caballistas y personas con movilidad reducida, además cuenta con 13 áreas de descanso, 10 viaductos y 6 túneles.
Este itinerario, que atraviesa nueve municipios, ofrece, además de la variedad de sus paisajes, una parte importante del patrimonio natural y cultural de la Región de Murcia, cuenta con tres espacios naturales incluidos en la Red Natura 2000, un elevado número de lugares, en sus inmediaciones o en el propio trazado, con la catalogación de Bien de Interés Cultural (BIC) y la distinción como conjuntos históricos de elevado valor cultural de los cascos históricos de Caravaca de la Cruz, Cehegín y Mula. Además, la ciudad de Caravaca de la Cruz es un foco de turismo religioso cristiano, que se ha visto muy reforzado tras su reconocimiento como ‘lugar santo’ por parte del Vaticano, que le otorgó la concesión para celebrar un Año Jubilar a perpetuidad cada siete años.