¡Hola! Bonjour! Hallo!

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Lo que pudiera ser una confusa mezcla de idiomas no es más que la cotidianeidad que se vive en estos días en Calasparra, obrada con absoluta normalidad por nuestros jóvenes y sus amigos de Riorges (Francia), Donzdorf (Alemania) y Neusalza-Spremberg (Alemania). Ellos son el mejor ejemplo de que la multiculturalidad nos enriquece y nos da herramientas para afrontar el futuro con mayor optimismo.

Desde el pasado sábado 13 de julio, han transcurrido varias jornadas en las que se han disfrutando de grandes momentos de diversión y otros tantos de trabajado desarrollando el proyecto que este año se presentó a la Unión Europea: “El empleo de los jóvenes para una Europa más fuerte”.

En el lado de la diversión, ha estado la jornada en la playa de Alicante, lo que para algunos jóvenes de Alemania supuso su primer contacto con el mar. Un hecho que emociona y nos da otra perspectiva del lugar en que vivimos cada cual. El contacto con el entorno local de Calasparra fue a través del descenso fluvial del río Segura por el Cañón de Almadenes, una experiencia que sorprende por los enormes contrastes que nuestro municipio ofrece a los visitantes. Además, posteriormente, se viajó a La Manga, para disfrutar de una jornada de convivencia en la playa, realizando diversos deportes náuticos como vela, windsurf, piraguas e hidropedales, todo esto en un maravilloso entorno natural como es el Mar Menor. Resultó un éxito rotundo en palabras de los responsables de todas las delegaciones: española, francesa y alemana. El conocimiento de nuestro entorno es uno de los objetivos del proyecto.

En el lado del trabajo, los jóvenes han expuesto los sistemas educativos de los diferentes países de procedencia, focalizando las similitudes y diferencias de los mismos. También se les ha enseñado a confeccionar su propio currículum europeo. Y, ahora mismo, se encuentran inmersos en el desarrollo de su propio proyecto empresarial. Para tal fin, realizan un estudio de mercado a través de entrevistas a ciudadanos de la localidad. Una actividad que fomenta la integración y el trabajo en equipo.

Quedan todavía muchas actividades que realizar pero el balance es positivo y el resultado definitivo se espera similar ya que la evolución del grupo es muy buena y en el transcurso de estos pocos días se aprecia una complicidad muy sólida entre los jóvenes.

Son ya muchos años de trabajo, por parte del Comité de Hermanamiento y nuestros amigos de Riorges y Donzdorf que dan fruto. El papel de la familias de acogida es también de vital importancia porque ellas son el auténtico catalizador de la experiencia de la convivencia. Todo ello nos proporciona la grata satisfacción de observar cómo han evolucionado los chicos y chicas que participan en estos proyectos. En el espectro de edad que va de los trece a los diecisiete años apreciamos el adecuado balance entre la ilusión de los más jóvenes y la experiencia de los mayores. Lo que genera flujos de aprendizaje y conocimiento en los dos sentidos.

Afrontando la recta final de estos días de convivencia, terminamos estas palabras tal cual comenzamos: ¡Hasta pronto! A bientôt! Tschüss!

 

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