La Guardia Civil de la Región de Murcia ha desarrollado la operación ‘Barranquillo’, orientada a perseguir y prevenir la comisión de delitos de robo, que ha culminado con la detención de los siete integrantes de una organización criminal asentada en Calasparra y dedicada a esta tipología delictiva.
En la operación, enmarcada en el ‘Plan contra el robo en viviendas’, la Benemérita ha esclarecido, hasta el momento, cuatro delitos de robo en vivienda (dos con violencia y dos con fuerza) y ha recuperado efectos procedentes de los robos cometidos por el grupo desmantelado, según han informado fuentes de la Benemérita en comunicado.
Las actuaciones se iniciaron el pasado mes de enero, cuando la Guardia Civil abrió una investigación dirigida a esclarecer la comisión de robos con fuerza y escalo cometidos en viviendas de Calasparra, unos hechos que habían originado alarma social entre la población.
Los indicios obtenidos durante la investigación orientaron a los agentes hacia un grupo de jóvenes, de nacionalidad española y vecinos de Calasparra, que podrían estar tras los robos cometidos.
Modus operandi
Su objetivo principal era la comisión de robos en viviendas de Calasparra. Antes de cometerlos realizaban un minucioso estudio del inmueble, como su ubicación, sus accesos, así como posibles vías de escape para, en caso de ser detectados, poder evitar su detención.
Una vez determinada la viabilidad de la comisión del robo en cuanto a su infraestructura, el grupo estudiaba los horarios, rutinas y desplazamientos de los propietarios de la vivienda designada, para así poder perpetrar el delito de la forma más segura posible para ellos.
Durante sus actuaciones, un integrante del grupo permanecía en las inmediaciones del inmueble con funciones de ‘seguridad’, al objeto de avisar al resto de la presencia de los propietarios o las fuerzas de seguridad. Fijado el horario de actuación, principalmente durante la noche, empleaban la fuerza y/o el escalo para acceder a su interior, donde sustraían pequeños electrodomésticos, dinero, joyas y otros efectos de valor.
Posteriormente, huían con el botín obtenido hasta una de las viviendas del cabecilla, donde finalmente se gestionaba la distribución de los efectos robados en el mercado ilícito.
Algunas víctimas han llegado a sufrir lesiones durante el robo Los ahora detenidos emplearon la violencia en varias ocasiones, llegando a agredir a los perjudicados en el mismo domicilio, al que accedían bruscamente tras llamar a la puerta con cualquier excusa y ser atendidos por sus moradores.
Los indicios recabados tras la comisión de uno de estos robos en Calasparra a finales del pasado mes de enero, en el que llegaron a causar lesiones a la víctima, permitieron importantes avances en la investigación, ya que se pudo relacionar su autoría con el grupo delictivo investigado.
Una vez identificados todos los integrantes del grupo, siete españoles con edades comprendidas entre los 21 y los 29 años, vecinos de Calasparra, y la mayoría de ellos con antecedentes policiales, durante los últimos días se ha desarrollado un dispositivo de búsqueda que ha culminado con su detención y posterior puesta a disposición judicial, como presuntos autores de los delitos de robo con fuerza en vivienda y robo con violencia en vivienda, según las mismas fuentes. La Guardia Civil ha culminado la fase de explotación de la operación con la entrada y registro de la vivienda del cabecilla de la banda, utilizada para sus reuniones de planificación y como almacén temporal de los efectos sustraídos, donde los agentes se incautaron de parte de éstos, como videoconsolas, cámaras fotográficas, reproductores de audio, herramientas, prismáticos y útiles empleados para su comercialización ilícita.
El análisis de la información obtenida en el proceso de investigación y los efectos recuperados implica a la banda desmantelada en cuatro hechos delictivos hasta el momento. Los arrestados, los efectos recuperados y las diligencias instruidas han sido puestos a disposición del Juzgado de Instrucción número 3 de Caravaca de la Cruz (Murcia). La investigación ha sido desarrollada por agentes del equipo de Policía Judicial de Caravaca de la Cruz y del Puesto de Calasparra.