Unas 3.500 personas se dieron cita ayer en la plaza de toros de Cehegín, con capacidad para 7.000, es decir la mitad de su aforo y eso que la entrada era gratuita con invitación, para presenciar la clase práctica organizada por el Club Taurino de esta población y en la que intervinieron dos alumnos de la Escuela Taurina de Murcia.

El resultado final no fue otro que la salida a hombros de todos los actuantes, gracias a la generosidad de un palco que estuvo como «los sardineros» regalando trofeos al igual que estos balones.

De todas formas se vieron cosas interesantes y gestos que fueron del agrado de los aficionados, y un festejo de este tipo no se puede medir con la misma vara de una novillada sin picadores, picada o corrida de toros. Se trataba de una clase práctica y lógicamente los muchachos tienen sus defectos y sus virtudes y hay que apoyarlos.

Los novillos de la Viuda de Flores Tassara dieron un juego desigual, muy malo el cuarto, blanditos, faltos de clase y de bravura alguno y chicos. Se pudo estar ante los dos primeros, siendo malos los restantes tres, especialmente el lidiado en cuarto lugar.

El cartel sufrió variaciones con respecto al anunciado, ya que no pudo acudir por lesión el murciano Cristian López, ocupando su puesto el compañero de Escuela, Antonio Aroca. También entró otro no anunciado, el granadino de la Escuela de Baza, David García.

Abrió cartel el sevillano Silvera, quien ante un eral de poca presencia, estuvo por encima de su blandita fuerza y le cortó las dos orejas.

En segundo lugar, David García de la Escuela de Baza, mostró detalles con personalidad y gusto, aunque no pudo bajarle la mano a su oponente por la falta de fuerza. Mató bien y se concedieron dos orejas y rabo.

El tercer puesto para Caraval, de la Escuela de Sevilla, quien también estuvo muy voluntarioso y con ganas, siendo premiado con dos orejas.

A Fran Ferrer le tocó el «garbanzo negro» de la tarde. Un novillo corretón, al que fue casi imposible parar hasta que se agotó, con peligro por ambos pitones… y al que el de Beniel solo pudo sacarle media docena de muletazos. Lo cazó, y se le dieron dos orejas.

Cerró el cartel el también alumno de la Escuela de Murcia, Antonio Aroca, muy bullidor ante un novillo que parecía acusar defectos en la vista, sobre en el todo con el capote en donde se le citaba por un lado, y lo tomaba al contrario. Aroca consiguió un par de buenas tandas y tuvo el detalle de pasarle la muleta a su compañero Fran Ferrer, quien había pasado desapercibido en su primero, y que este le sacase unas cuantas más.

También lo cazó con la espada y fue premiado con las dos orejas y el rabo.

Se produjo una circunstancia curiosa al final del festejo, todos los espadas a tenor del número de trofeos conseguidos podían salir a hombros, a lo que se negó Fran Ferrer, hasta que el crítico taurino de La Opinión, José Francisco Bayona, le recriminó su actitud por esa negativa, y ayudado por el banderillero Paco Cervantes se echó a los hombros al chaval, sacándolo así por la puerta grande. No se conoce un caso similar de que un informador que cubre un festejo haga algo parecido, aunque se trate de una clase práctica, en los últimos 40 años del toreo en nuestra Región.

Pies de fotos: En portada los cinco alumnos de las Escuelas a hombros (Fran Ferrer llevado por el crítico taurino Bayona) y con este texto los dos que cortaron rabo, David García y Antonio Aroca.