La ciudad de la Caravaca acaba de salir de una de las mayores nevadas de los últimos años, aunque ya no quede resto de la nieve en el casco urbano, en las zonas adyacentes de pedanías todavía queda, y como consecuencia, hace frío, mucho. Pero eso no ha detenido a numerosos festeros de Caravaca que continúan ganándose el Jubileo semana tras semana.
Miembros de los Caballeros Hospitalarios de San Juan de Jerusalén, la Kábila de los Reales Halcones Negros del Desierto, y las peñas caballistas Terry, Sangrino y Campeón han hecho el ya tradicional recorrido desde la Iglesia del Salvador hasta la Basílica para adorar a la Cruz y ganarse las indulgencias.
Emilio Espín, capellán de la Basílica quiso acordarse de los voluntarios que ayudan a la Cofradía a cumplir con su labor durante el Año Jubilar, alabando su trabajo. Y pidió que igual que las nieves se están fundiendo en los montes de la comarca el egoísmo y la indiferencia desaparezcan del corazón de las personas. Durante la homilía, cada grupo festero homenajeó a la Cruz con banderas y flores.