Tras el multitudinario desfile de Moros y Cristianos en el que el color y la belleza son los protagonistas, llega el turno de la batalla, en Caravaca de la Cruz, como cada tres de mayo, se enfrentan los ejércitos cristiano y moro en busca de alzarse con la victoria definitiva en la guerra que enfrenta a los dos bandos.
Aunque antes hay una negociación entre los reyes, el llamado «Parlamento» en el que el Rey Cristiano, Fernando III, acompañado de Beatriz de Suabia intenta alcanzar un acuerdo de paz con su némesis, el sultán Ceyt Abu Ceyt, juanto a el está la sultana Aixa. Interpetados este año por Rubén Alonso Bermúdez y Carolain Michaela Morales los reyes cristianos y Pedro Hidalgo y Julia Moreno los sultanes moros.
Tras el fallido intento de alcanzar la paz tiene lugar la batalla en la que el ejército cristiano vence a la armada nazarí y el acto central de las Fiestas, el Baño de la Cruz de Caravaca.
Las Fiestas de la Stma. y Vera Cruz de Caravaca se originaron con este ritual, de más de 600 años de antigüedad en el que, como indica su nombre, se bendicen las aguas sumergiendo la Cruz para bendecir el líquido elemento en el Bañadero de la Cruz, conocido popularmente como «Templete», el encargado de hacerlo es Jesús Aguilar, vicario de la zona del Noroeste y Mula, y todos los demás actos giran en torno a este, incluyendo los desfiles de Moros y Cristianos y los concursos de los Caballos del Vino. Una vez bendecida, la gente se arremolina para entrar y conseguir un poco de este agua, ya sea una botellita, un pañuelo, o simplemente mojarse las manos.