Jóvenes y asintomáticos: así es la segunda ola del coronavirus en España

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Aunque el virus es el mismo, España está viviendo dos tipos de epidemias de covid-19: la de marzo, que afectaba especialmente a mayores, y la del verano, con los jóvenes como protagonistas

España cuenta ya con más de 266.000 confirmados por covid desde que el 31 de enero se registrase el primer caso. A lo largo de los meses, el virus ha ido campando más o menos a sus anchas, pero hay un hito importante en el avance de la pandemia: el fin del confinamiento el pasado 11 de mayo. El ansiado aplanamiento de la curva dio pie a la desescalada, con más pruebas, más rastreos y más prevención, y empezó a dibujar una realidad distinta a la que hasta entonces mostraban los informe epidemiológicos

Ese 11 de mayo, Sanidad también cambió —por última vez— la metodología con que registraba los casos confirmados. Desde entonces, los datos agregados se producen a partir de las encuestas individualizadasque cada comunidad autónoma vuelca en el sistema de vigilancia coordinado por el Centro Nacional de Epidemiología. Así, se puede hablar de dos oleadas: antes y después del 11 de mayo.

A finales de ese mes, la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica publicó un informe epidemiológico que se analizaba el impacto de la pandemia a nivel demográfico y sanitario hasta esa fecha, con los primeros 250.000 casos. La pasada semana, retomaron la publicación de estos informes, a partir del análisis de tan solo 25.000 casos en dos meses (tienen en cuenta PCR y test rápidos, mientras que Sanidad solo informa de los positivos por PCR, por eso la suma de ambos no coincide). Este segundo informe analiza qué ha pasado en estos dos meses de nueva normalidad. El virus es el mismo, pero la pandemia parece otra, a tenor de las diferencias

Lo que vemos ahora es más realista en cuanto a lo que sabemos del virus

Coincidiendo con la desescalada, se cambiaron los criterios de recogida y tratamiento de los datos de positivos, lo que ha permitido también un análisis más representativo. “Tenemos dos fotos de la pandemia: la de antes del 10 de mayo y la posterior. Ahora se hacen más controles y se ha cambiado el sistema de notificación, así que lo que vemos es más realista en cuanto a lo que sabemos del virus”, relata Javier del Águila, epidemiólogo del Centro Nacional de Epidemiología.

La mediana de edad baja a los 44 años

Lo primero que llama la atención si comparamos ambas fases es la distinta distribución de los contagios por edad. La edad mediana de las personas contagiadas ha bajado de los 60 a los 44 años en este segundo periodo. Además, si hasta el 10 de mayo la mitad de los contagiados tenían entre 46 y 79 años, este rango ahora disminuye hasta los 29 y 62.

Que los jóvenes han sido los que se han tomado más relajadamente la nueva normalidad no es ninguna novedad, pero ahora lo confirman los datos. Si en la primera fase de la pandemia los jóvenes de entre 15 y 29 años suponían el 6% de los contagios, esa ratio sube ahora hasta el 19%.


También aumenta entre las personas de 30 a 39 años (del 9,5% ha pasado al 15%) y de 40 a 49 (del 14% al 17%). Pero a partir de esa edad, y a diferencia de lo que pasó durante la primera oleada, la cosa cambia: los mayores de 50 años acaparan ahora menos contagios, tanto comparados con antes de la pandemia como con el resto de franjas de edad.

“Esto tiene que ver con dónde se producen los contagios”, explica Joan Carles March, profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública, uno de los centros que forman rastreadores. “Al principio, afectaba sobre todo a residencias, que siguen siendo uno de los focos a tener en cuenta, pero ahora los brotes se están dando en encuentros de familiares y amigos, y entre población inmigrante, como con los temporeros de Huesca y Lleida. Y también influye el tema de la noche: muchos nuevos contagios están viniendo por ahí, ligados también al consumo de alcohol y la falta de control del contagio en las fiestas. Hace falta más intervención común en este sentido”.

Para Del Águila, además, también influye la ‘epidemia oculta’: al principio, las personas jóvenes se registraron menos porque al tener menos síntomas quedaban aisladas en casa sin pruebas PCR, ya que tampoco había. “En la primera oleada, se detectaron menos, no teníamos manera de llegar a los que estaban aislados en casa porque eran más leves y no se les hacían test. Por eso, este segundo informe creo que es más realista sobre cómo es el virus”.

Sin embargo, los datos también muestran que los más jóvenes no son tan inmunes a los efectos del virus como se pensaba: las tasas de hospitalización varían poco entre los 15 años y los 60 (del 3% al 6%). A partir de esa edad es cuando hay más opciones de acabar ingresado, aunque los jóvenes siguen teniendo menos riesgo que los de otras edades de que el desenlace del ingreso sea fatal: la ratio de defunciones sigue siendo mayor a medida que se envejece, aunque en general todos bajan por la mejor situación de los hospitales. Si antes el 22% de las personas con covid mayores de 80 fallecía, desde mediados de mayo lo hace el 5%.

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