Un nuevo articulo de la Psicóloga Isabel M Fernández Pérez para ayudarnos a sobre llevar la crisis sanitaria y económica generada por el COVID19

Popularmente se extiende la creencia errónea de que para emprender un negocio, mejorar el empleo, estudiar una nueva formación, comenzar una nueva actividad de ocio o hacer aquello que va en coherencia con nuestros valores y le da sentido a nuestras vidas, teníamos que estar motivados para ello. Se pensaba, que para hacer cosas primero debíamos estar bien, tener un estado de ánimo óptimo, disponer de ilusión y alejar la ansiedad de nuestras vidas. Sin embargo, los enfoques de intervención psicológica con más auge en las últimas décadas sostienen justo lo contrario. Para estar bien, debemos preocuparnos menos, y ocuparnos más en aquello que es importante para uno mismo. En definitiva, todos necesitamos metas propias que perseguir, y tener en mente objetivos que cumplir. Ello es lo que nos proporciona una guía sobre cómo andar el camino que cada uno de nosotros queremos crear. En otras palabras, estar activos y orientados a aquello que da sentido a nuestra existencia individual es lo que mantiene nuestra Salud Mental a medio y largo plazo.

Sin embargo, orientar nuestra vida en aquello que es importante para nosotros y le da sentido, no implica vivir sin experimentar emociones desagradables como serían la ansiedad, miedo, ira o tristeza. Y no, nunca será el momento perfecto para nada. En terapia esto se ejemplifica a través de una metáfora, la metáfora del jardín.

Supón que eres el jardinero de tu propio jardín. Un jardín que amas y en el que sientes satisfacción del cuidado de sus plantas. Supón que las plantas son aquellas cosas que tú quieres en tu vida. ¿Cuáles son las plantas de tu jardín? ¿Tener una familia, desarrollarte profesionalmente, cuidar del medioambiente o participar en mejorar nuestra sociedad? Piensa que lo que tú quieres no tiene por qué corresponderse con lo que otros quieren. Y sea lo que sea está bien. Eso sí. ¿Estás cuidando de las plantas como tú querrías cuidarlas? ¿Estás haciendo todo lo que sabes y puedes?

Claro que estas plantas no siempre darán frutos en el momento en que tú quieras, a veces, a pesar de que inviertas todo tu esfuerzo en cuidarlas, se marchitarán. La cuestión, es cómo ves que las estás cuidando. ¿Puede que estés gastando tu vida en una sola planta del jardín? ¿Una mala hierba? En los jardines hay malas hierbas. Imagina un jardinero que se pasa la vida pendiente de cortarlas de manera inmediata a su crecimiento. Está abandonando el cuidado del jardín para ocuparse de las malas hierbas. No obstante, las malas hierbas, a veces, favorecen el crecimiento de otras plantas, bien porque dan espacio para que otras crezcan, bien porque hacen surcos. A veces las plantas tienen partes que no gustan pero que sirven, como curre con el rosal que para dar rosas ha de tener espinas. Además, cualquier jardinero sabe que el crecimiento de sus plantas no depende de su estado de ánimo, sino que cada planta requiere un cuidado sistemático y apropiado y a pesar de ello, nadie puede garantizar el resultado completo con cada planta.

Quizá al jardinero le gustase que el cuidado de una planta diese a la luz una planta con un número de flores blancas de un tamaño preciso, en un tiempo concreto. Pero el jardinero sabe muy bien que la planta puede ofrecer otras flores distintas, en menor número y desprendiendo un olor menos agradable que el deseado, o quizá más. No es algo que el jardinero pueda controlar. La cuestión es si a pesar de ello valora el cuidado de esas plantas. A veces puede impacientarse si la planta tarda en crecer o lo que crece inicialmente no le gusta. Si el jardinero arrancara de cuajo lo plantado y pone otra semilla, nunca verá crecer la planta, y su vida girará sólo en poner semillas sin llegar a vivir cada momento del crecimiento. Otra opción es seguir cuidando las plantas, con lo que ofrezcan en cada momento. 

La metáfora del jardín nos puede servir de gran ayuda para tomar conciencia de que, a pesar de que podamos estar viviendo situaciones complicadas, orientar nuestra vida en valores y aquello que nos da un sentido, es siempre una garantía de Salud Mental a largo plazo, aunque ello implique pasar por momentos difíciles. Y tú, ¿tienes identificadas las plantas de tu jardín? ¿Te estás dejando de regar alguna? ¿Estás contento con el cuidado de tu jardín?

*La metáfora es tomada de  Wilson, K. G. y Luciano, M. C. (2002): Terapia de Aceptación y Compromiso. Un tratamiento conductual orientado a los valores. Madrid: Pirámide.

• Isabel M Fernández Pérez
• Psicóloga Sanitaria MU3712
• Atención psicológica presencial y online en Policlínica Cehegín
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