Aprender a gestionar nuestras emociones

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Necesitamos aprender a detener el “piloto automático

Imaginemos, por ejemplo, el caso del camarero de un restaurante que días después de que un cliente le haya sido maleducado aún se encuentra irritado. Así, también del empleado de un negocio que siente perder la motivación por momentos ante la amenaza de que su empresa pueda fracasar. Del mismo modo, alguien que mientras se ducha siente palpitaciones y falta de aire al pensar en todo lo que tiene que hacer al día siguiente. En todos estos casos, lo que produce malestar a nuestros individuos no es la vivencia de sus situaciones, sino el hecho de que su mente no para de darle vueltas y más vueltas. 

Nuestra mente produce contenido constantemente, como si de un “piloto automático” de pensar se tratara. Concretamente, las investigaciones estiman que nuestra mente deambula el 46.9% del tiempo y el 30% incluso mientras realizamos otra actividad como conducir, comer o asearnos. Es lo que llaman “Mente de mono”, ya que saltamos de pensamiento en pensamiento como un mono de rama en rama, sin que esos pensamientos nos proporcionen un resultado productivo. 

Esta actividad mental es consecuencia de la «Red de Modo por defecto» o la actividad de la corteza prefrontal de nuestro cerebro que permanece activa incluso cuando no hay un estímulo sobre el que procesar información. Sin embargo, todas estas rumiaciones, así como la lucha por apartar las emociones desagradables que nos generan, producen en todos nosotros un sufrimiento extra a diario, que realmente, es inútil porque -como hemos mencionado arriba-, la mayoría de las veces estamos rumiando sobre suposiciones o circunstancias que realmente aún no se han dado y no existen. Es el llamado Ruido Mental. 

Por tanto, de igual modo que tenemos asumido que la actividad física es fundamental para mantenernos en forma y conservar la salud, tenemos que concienciarnos del mismo carácter fundamental de entrenar nuestra mente para evitar que todo ese Ruido Mental se vuelva en nuestra contra. Es decir, “higiene mental” para el mantenimiento de la Salud Mental.    

Una de las técnicas más conocidas para el caso es el denominado Mindfulness, que en castellano se podría traducir como “atención plena” porque se basa en el entrenamiento de nuestra atención para traerla al “aquí y ahora”. Mindfulness es una modalidad de meditación que entre otros aspectos, nos encamina al distanciamiento de esos pensamientos que nuestra mente produce cuando está en modo “piloto automático” como si fuéramos meros observadores externos de nuestras propias cabecitas. Esto nos permite tomar conciencia de los pensamientos que nos rondan, y también hace posible que podamos cuestionar su veracidad, y considerarlos como lo que son: Los pensamientos son solo pensamientos y no son hechos, no tienen por qué corresponderse con la realidad. 

De este modo, técnicas como la meditación Mindfulness, van a permitir a los teloneros del presente artículo, -nuestro camarero, nuestro empleado del negocio y nuestro individuo en la ducha-, ahorrar sufrimiento sobre temas que aún no han ocurrido y que no podemos controlar si sucederán o no.

 • Isabel M Fernández Pérez

• Psicóloga Sanitaria MU3712

• Atención psicológica presencial y online en Policlínica Cehegín

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Isabel Psicologa
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