El pintor Pedro Cano ha inaugurado hoy en Calasparra la calle que lleva su nombre. Una calle con la que, según el alcalde de Calasparra, Jesús Navarro, “no solo se rinde homenaje al pintor universal, sino que también se pretende estrechar lazos con su municipio natal, Blanca, con el que Calasparra comparte muchas cosas”.
El alcalde ha destacado la sencillez y la altura humana del artista que ha obsequiado al Ayuntamiento, representado por su corporación, con tres litografías hechas en piedra pertenecientes a un trabajo titulado “La flor del almendro”, basado en un poema de María del Mar Bonet, y un facsímile, los originales se encuentran en la Fundación Pedro Cano, de la obra “Ciudades Invisibles», una serie de cincuenta y cinco acuarelas que sumergen al espectador en otros tantos lugares fantásticos imaginados por el escritor italiano Italo Calvino.
Pedro Cano, que el próximo 1 julio en el Panteón de Roma será nombrado Académico Pontificio de la Insigne Academia Pontificia de Bellas Artes y Letras de los Virtuosos del Panteón, a la que perteneció Velásquez, ha agradecido “de corazón” el homenaje del pueblo de Calasparra, al que ha llegado acompañado del alcalde de Blanca, así como de familiares y amigos que, junto a pintores y gente del ámbito cultural calasparreño, han arropado a este “creador de belleza”.
Antes de la inauguración el pintor ha visitado el Museo del Arroz, el Museo Arqueológico y la Sala de Exposiciones El Comendador, donde la ilustradora calasparreña Begoña Fernández Corbalán muestra, hasta el 19 de mayo, la exposición “Un mundo de fantasía”.
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